"- Los seres humanos tenemos una obsesión insana por mostrar nuestra fachada intacta, en perfecto estado de revista; es un parapeto para alejar a los curiosos de nuestro fétido jardín trasero. Las mujeres somos capaces de martirizarnos con horas de peluquería, arruinarnos en la compra con cremas, colágenos y siliconas, rellenos y postizas, cualquier cosa para estar estupendas de dermis para afuera. Los hombres sois de otra manera, ni mejores, ni peores, diferentes. Aunque ahora también están de moda los "metrosexuales", no tenéis tradición en el culto al cuerpo, vuestra cultura cazadora os pesa demasiado, vosotros os sentís protegidos cuando alardeáis ante el resto de la tribu con vuestras capturas, el parapeto perfecto es un buen coche, un cochazo que no quepa por los garajes de los amigos, con navegadores GPS de última generación, abarrotado de confort inútil pero necesario para demostrar poderíos; un hombre que quiera vivir en sociedad debe de conocer todas las siglas obligatorias, que si ABS, TDI...
Todo hacia el exterior, hacia fuera, hacia los demás, que no noten que estamos hechos unos zorros, que sufrimos como seres limitados que somos. Hay que retar al mundo con una sonrisa permanente, hay que deleitar a la concurrencia con una conversación fluida y presumir de unos modales depurados. Una fachada impecable, si señores, si no es así alguien puede empezar a hurgar donde no procede, y de eso ni hablar. Pero en la vida no hay solo fachadas, hay engaños y desengaños, problemas y más problemas, y eso no lo solucionan ni las cremas ni los catálogos automovilísticos. Poco a poco vamos arrinconando muebles viejos en nuestro interior; los más duros y pesados, al fondo, creemos que son los que menos tenemos que mover. Trastos y enredos los escondemos en los cajones de cualquier manera, no vaya a ser que un día aparezcan por la fachada y nos fastidien los planes."* Pag. 58. Laura a Javier. La distancia es / no es el olvido. *Jordi de la Torre Díaz. 2006. Edición Personal.
* Jordi de la Torre Díaz. (Badalona,1966). Licenciado en Geografía e Historia. Padre de tres niñas irrepetibles. Ha sido profesor durante quince años, regidor de Cultura de La Roca del Vallés y Presidente dels Amics del Pesebre Vivent de la Torreta. Escorpio de los buenos, inquieto, polifacético, creativo y, sobre todo, amante de la palabra. (extraído del propio libro)
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