¿Que puede llevar a alguien a quitarse la vida?, ¿A quitarse de en medio?, ¿Desaparecer del mapa? Tengo un amigo mecánico. Me decía hace unos días que un taller de plancha y pintura estaba a punto de hacer quiebra. La gente de ese taller son amigos de su propio taller. Cada dos por tres se iban a comer juntos, se recomendaban mutuamente, etc.
Hoy les contaba un trabajador de ese taller, que ayer a primera hora de la mañana, llegó al taller como siempre, vio el coche del jefe fuera, lo llamaba pero este no respondía, se puso con sus tareas y cuando vio la luz del despacho encendida se acercó, no hizo falta que entrara, se lo encontró colgado.
La primera pregunta que le he hecho a mi amigo ha sido: ¿tiene hijos? Hijos no, está casado, me ha dicho. Más tarde he pensado que eso que más da.
Mucha gente dice que matarse a uno mismo (quitarse la vida no deja de ser un eufemismo), es de cobardes. Mi opinión es la opuesta: es de valientes. Hay que tener, (o haberlas tenido), muchas agallas para lograr perpetrar el objetivo. Hay quien piensa en suicidarse, y ni si quiera llega a intentarlo, el solo hecho de imaginárselo los echa para atrás. Otros llegan a hacer los preparativos y aún así siguen convencidos, pero a la hora de la verdad, en el momento en el que no habría retorno, no son capaces.
No alabo a quien lo consigue, pero si le reconozco valentía y tesón.
Otra cosa muy distinta es que lo entienda. Hay un mecanismo en mi cerebro que cuando intenta indagar en el por que, cuando intenta ponerse en situación, falla, no me deja pensar más o simplemente la respuesta que me da, es que no lo entiende, que no tiene respuesta.
Me pongo en situación, sin saber la mitad de la historia: He tenido un taller, en el cual he podido dar empleo a otras personas. Estoy casado. Durante un tiempo he vivido bien, el taller me daba beneficios, tenía mi casa, mis coches, pagaba mis impuestos, pagaba las nóminas y en definitiva era feliz (me imagino). Vienen estos tiempos donde unos simplemente se aprietan el cinturón, a otros los despiden, unos cierran empresas, a otros les quitan casa, otros no tienen para comer... y paro por que me pongo malo, pero no nos engañemos, la crisis que vemos a diario en los periódicos, tele e internet, la crisis que escuchámos por la radio, aunque hable de deficits, recesiones, primas y tías, no deja de ser lo enumerado y aunque no lo queramos ver o aceptar es lo que está a la orden del día.
Bien, vienen estos tiempos, y yo que tenía mi negocio y vivía bien, veo que poco a poco empieza a disminuir el volumen de faena y por lo tanto el volumen de beneficio. Esto empieza a ser costumbre, pasa el tiempo y la situación no mejora. Dejo de pagar alguna nómina. Dejo de pagar algún impuesto. Deber las nóminas a los trabajadores empieza a ser costumbre. No pago ningún impuesto. Día tras día los pensamientos me consumen. Mis deberes, los cuales no puedo cumplir, me ahogan. Llega un punto que no puedo más. Y aun así, sigo sin entender el querer quitarme la vida. No puedo, lo siento.
Es muy fácil hacer una descripción, ponerme en la piel, pero no vivirlo, lo sé. ¿Matarme? Hay otras opciones que no voy a detallar, él, seguro las sopesó todas. Cuando llegas a la conclusión de que la mejor es la última, la definitiva.... en fin. No hay peor sentimiento que el sentimiento de que no hay esperanza.
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